viernes, 3 de agosto de 2012

Libros de texto

     Recuerdo con añoranza aquellos tiempos de estudiante en los que, en cuanto conseguíamos la lista de los libros del curso siguiente, empezaba la aventura de llamar a primos, amigos,... todos buscábamos los que nos pudieran servir. De esta manera ahorrábamos un dinerito y además alargábamos la vida de nuestro libro.    

    Por suepuesto aprendíamos a cuidar nuestro material ya que el curso siguiente podía utilizarlo otra persona y a ninguno nos gustaba tener un libro heredado de alguien que lo hubiera destrozado. Ha llegado a mi esta publicidad. 

    No tengo nada que ver con el establecimiento y ni siquiera sé como funcionan pero me parecía una irresponsabilidad no compartirlo con vosotros y más con los tiempos que corren.